Aquí tenemos la segunda entrega de los archivos de aquella noche de febrero en la Fídula, de la mano de Reinas Studio.
Gloria es una canción con muchas curvas y un texto impecable. Por eso me enamoré de ella cuando se la vi tocar a Patri una noche en la barra del Calvario. Habla de casi todo lo importante, y su armonía y su estilo crean un paisaje sonoro irregular, setentero y sincero, sin artificios, con el piano de Jairo Martín, quien completa una ecuación de ensueño.
Hay olor a gloria en el ambiente…
A nivel emocional, ese momento del concierto fue un regalo que me hizo Patri, a quien admiro desde 2012, cuando me topé con vídeos suyos en Youtube. Es única. Escribe y canta como quiere. Ojalá nos crucemos más veces sobre las tablas.
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